Te escribo desde el silencio.

 

El sábado 07 de mayo, a las 8:30 PM, en la calle 33 al lado de la estación del Metro, esperaba un bus, luego de dar tiempo al tiempo, llego y me subí, este iba derecho y yo necesitaba llegar a bulerías, escalé, pague, tome asiento, y vi que a mi lado habían 2 señoras de la tercera edad, se les veía un poco desconsoladas y sollozando. Gracias a la  insolencia que tienen algunas personas con aquellos que poseen  discapacidades físicas. Y a la no ayuda, que tiene el gobierno con estos.

 

El silencio que les rodea y la exclusión de las ciudades agobiantes e insensibles que discriminan sin compasión, y solo unos pocos ayudan sin pudor. Para ellos es difícil entrar en contacto con otros, son ellos, a los que poco recordamos y muchas veces los desconocemos. Los impedidos, por cuestiones de la naturaleza o por causas de la vida. En mi opinión Faltos de los sentidos más importantes de todos, los más apreciados para mí, el del habla y la escucha. Sin expresar una hermosa palabra de un galán libro, sin conseguir desahogarse por completo y con el sueño de ser oídos, sin oír las prestigiosas melodías de un piano y un violín, ni el sublime canto de los pájaros, luchan cada día para que se les trate como a un ser humano más, para que se les valore como personas y puedan ser incluidos en una sociedad.

 

Las urbes, las comunidades, y el pueblo, han discriminado durante muchos años a los impedidos, ya que para ellos en la cultura en la cual nos envolvemos, son considerados como enfermos, los cuales tiene que ser curados. Adiestrados como vivimos a una vida llena de ruidos y estrés, sería casi imposible imaginar vivir en el mundo del mutismo. Puesto que no se concibe que la lengua de los signos es una forma de participar de todo un agrupado, y se crean burlas queriendo plagiarlos, en esas cuestiones lo peor es escucharlas, y muchos quisiéramos ser sordos.

 

Sin embargo hay quien señala a los sordos como ineptos, sin lenguaje como sucedió en el bus. Esto es un grave error. Los sordos platican “signa”  se pronuncian con sus manos, la inteligencia, y toda su comunicación corporal. A modo de un conductor que organiza, así como el de una orquesta. Y tengamos esto siempre en cuenta, su lenguaje es distinto, no imperfecto.

 

Escribiendo desde el silencio, trabajando sin palabras, así como la justicia es ciega, y la  ciencia se esfuerzan por hacer posible lo imposible, los políticos se esfuerzan por hacer imposible lo posible. Debemos preguntarnos desde nuestro corazón ¿si quizá, somos sordos, mudos, ciegos, en nuestra mente?, porque somos la voz de un pueblo y nunca nos escuchan, porque podemos ayudar a nuestro prójimo pero nunca lo vemos, porque podemos escuchar solo por un minuto a una buena persona pero la ignoramos. Recordemos que  Sin democracia, nuestra vida, nuestro futuro, es simplemente una  quimera.

 

El chofer del bus no quiso dejarlas donde ellas timbraron, ambas señoras tartamudeaban tratando de decirle al insensible conductor que las dejara en el punto que ellas querían, el conductor se echó a reír sin compasión, dejándolas casi 9 cuadras después. Y  eso que gracias a 3 personas las cuales le manifestamos al señor piloto nuestra inconformidad, el abuso de su poder, y le recalcamos su nefasta capacidad de ser humano.

 

Contra las exclusiones soportadas y la indiferencia, yo cito a que se les “oiga” y recalcando la jerarquía de la ley que  reconoce el Dialecto de Códigos como su idioma original, que por favor sean tenidos en cuenta, que se les respete y tengamos un poco de sensibilidad.